"Todo conocimiento tiene una finalidad. Lo de saber para saber, no es, dígase lo que se quiera, sino una tétrica petición de principio. Se aprende algo, o para un fin práctico inmediato, o para completar nuestros demás conocimientos"

Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida

martes, 21 de diciembre de 2010

MI OPINIÓN...

     El reciente informe Pisa, seguido de una entrevista al ministro de Educación Ángel Gabilondo ha alimentado aún más mis opiniones y  críticas acerca de la educación actual. La lectura de dicho artículo me ha empujado a escribir este blog, en donde tras una breve premisa personal iré adjuntando información acerca de los distintos sectores que, desde mi opinión, han de tenerse en cuenta para lograr una educación de calidad, ya que - y creo que muchos estarán conmigo- la EDUCACIÓN no solo se da en las aulas.
      Pues bien, hace unos días se ha publicado el informe Pisa 2009 de evaluación internacional sobre el rendimiento de los alumnos de 15 años. El resultado desvela que España se encuentra por debajo de la media de la OCDE en los tres ámbitos del estudio: lectura, matemáticas y ciencias. A pesar de ello, el ministro de Educación Ángel Gabilondo saca pecho por el sistema educativo español y niega la mediocridad del mismo poniéndole como nota un “bien”. Su argumento, por otro lado, puede ser razonable, puesto que los datos son claros y España recupera en Pisa el bajón del 2006 aunque se quede  a 12 puntos de la media de la OCDE. Sin embargo, debo recordar que los resultados del informe Pisa son meramente descriptivos y no narran el día a día de la Educación: el cómo y el por qué se ha llegado a dicho resultado, quiénes son los responsables o, qué se debe hacer para mejorar. Es decir, me da la sensación que se da más prioridad en medir el rendimiento del estudiante que en atender las necesidades del mismo; que importa más lo que el estudiante pueda hacer para prestigiar el centro o la educación de un país que lo que el centro o el país en concreto pueda hacer para mejorar al estudiante. En la entrevista, el señor Gabilondo habla de la educación de una manera utópica y un tanto abstracta que no refleja para nada los problemas e inquietudes de nuestros alumnos, aspecto que, por otra parte, considero esencial para el éxito de la educación de un país, es decir si los que hacen política de Educación no tienen en cuenta la realidad concreta del aula ocurrirá lo que ocurre hoy día con tantas leyes y medidas: que o  no son válidas o no están bien respaldadas para la realidad a la que van dirigidas.
     Por ello, desde aquí voy a poner de manifiesto no ya las necesidades del alumno sino más bien el cómo se encuentran los distintos factores que influyen en la Educación, y que por tanto, también deberían ser estudiados en un informe. Recordemos, al respecto, que la educación es un  proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres, formas de actuar, etc. y, que se encuentra presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. En suma, nos encontramos ante un proceso complejo y pecaríamos de simplistas si solo analizáramos el rendimiento del alumno sin tener en cuenta  aspectos como la sociedad, la familia o los mismos profesores.

ENTREVISTA ÁNGEL GABILONDO:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Espana/saca/bien/Solo/bien/elpepusoc/20101209elpepisoc_2/Tes


 UNA MUESTRA DE LA REALIDAD EDUCATIVA.


LA FAMILIA


  La familia es una antiquísima institución, muy necesaria y respetable, que se fundamenta en la unión entre personas mediante lazos afectivos para posibilitar el progreso de todos sus componentes. Sin embargo, al no haberse efectuado una revisión seria de sus modos de funcionamiento tenemos la impresión de que su eficacia se ha ido desvirtuando. Y no sólo en cuanto al apoyo mutuo que deben prestarse sus miembros, sino en relación con la educación de los hijos que es lo que aquí nos ocupa.
La educación en el seno de la familia carece de una planificación general, de una preparación previa, de una orientación unívoca, de unas pautas y directrices que garanticen el mejor desarrollo de los niños. Existen sólo unos márgenes laxos cuyos límites tutela la sociedad pero, únicamente, con la intención de evitar la ocurrencia de casos extremos que cuando suceden, sacuden la sensibilidad y la paz social.

     Este párrafo del experto José Antonio Sosa Fariña sobre”Evolución de la relación familia-escuela” me lleva a reflexionar sobre otro de los factores que influyen en la educación, como es la FAMILIA.
     La  familia es considerada como la primera y la más importante institución socializadora que sirve de referencia al niño sobre todo en el desarrollo afectivo a lo largo de su vida. Esto me lleva a considerar la importancia del Apego, que hace referencia al  vínculo afectivo que se establece entre el bebé y la madre y  que para uno de los mayores investigadores sobre el tema, Bowlby “responde a una necesidad inherente en el ser humano”, que si se establece adecuadamente es considerado  como un logro fundamental en el posterior desarrollo psicológico. Ahora bien, los estudiosos del tema señalan que cada persona y cada circunstancia de crianza son únicas, por ello, al final del segundo año habrá notables diferencias en el grado de seguridad que los bebés depositan en los adultos. Las variaciones pueden ir desde la seguridad total en la protección del padre o de la madre hasta una total desconfianza en los adultos.

Familia

Nombremos, a continuación, algunas de las características o circunstancias familiares que influyen en el proceso socializador de los niños:
  • 1.-  Vivir en un ambiente rural o urbano.
  • 2.- Ambiente socioeconómico y sociocultural: dándose importantes diferencias respecto a las circunstancias económicas familiares y, al tipo de cultura que se inculque.
  • 3.- Desestructuración familiar: donde los hijos son las víctimas,  pudiendo desencadenar en problemas posteriores como la delincuencia juvenil.
  • 4.- Tipo de familia y número de hermanos.
  • 5.- Tipo de Autoridad de los padres: pudiendo ser autoritarismo (exigencia de obediencia, escaso nivel de afecto...), permisividad (exigencia escasa, problemas de control de impulsos...) y democracia (altos niveles de comunicación y afecto, madurez, independencia...), siendo esta última la más aconsejable. No obstante es muy complicado encuadrar a todas las familias en un único grupo, pues dependiendo de la situación o del momento se actuará de una manera u otra.
  • 6.- Otras características familiares como: el trabajo de los padres,  el nivel de estudios,  el tipo de vivienda, la importancia de los abuelos, el nivel comunicativo, etc.
      A estas circunstancias debemos sumar la labor de la familia a la hora de transmitir de una manera positiva valores como: el cariño, la amabilidad, la amistad, la comunicación, la honestidad, la humildad, la equidad, la motivación, la creatividad, la superación, el respeto, la justicia, la tolerancia, la cortesía, etc. En suma, con todo esto, podemos decir que la tarea de de ser buenos padres no es nada fácil, pues son muchos los aspectos a tener en cuenta para lograr una buena base en la educación de los hijos, además ¿quién nos ha enseñado a ser padres? Al respecto, dejo aquí el siguiente video.

 
     Por tanto, no debemos echarles toda la culpa a los padres, son muchos los casos donde, por ejemplo, dos hermanos habiendo recibido el mismo afecto, la misma autoridad y los mismos valores se comportan totalmente distintos, así, mientras que uno llega a responder de manera positiva a los parámetros sociales, el otro puede llegar a convertirse en un delincuente juvenil. Quizás en estos casos, la responsabilidad se traspasa a los expertos y a los docentes, que deben, como profesionales que son, percatarse de los posibles problemas en el joven y plantear soluciones. Ahora bien, desde aquí lanzo la siguiente cuestión: hoy día ¿los docentes cuentan con el apoyo familiar?

     Es evidente, que en el último tercio del siglo XX  la enseñanza ha experimentado un cambio importante,  yo recuerdo en mi infancia el levantarme y el saludar al profesor que entraba en el aula como una muestra de autoridad  hacia su persona,  igualmente recuerdo escuchar frases como “ la letra con sangre entra” o “usted péguele, para que aprenda” y del mismo modo he presenciado episodios donde el profesor insultaba o arrojaba el material de algún compañero y,  también era muy normal que en la mesa del profesor estuviera la palmeta para usarla cuando lo considerara oportuno.
     En la actualidad,  sin embargo, hemos pasado a otra situación extrema en la que, frecuentemente, los maestros se sienten amenazados y se exponen a ser agredidos por los padres o por los propios alumnos si su manera de actuar no coincide con el punto de vista de la familia o contradice los intereses y las expectativas del alumnado. Algunos achacan ese cambio tan brusco a un exceso de libertad y a un defecto de la democracia. Añoran aquellos tiempos en que el maestro no era cuestionado, hiciera lo que hiciera. No cabe duda que educar en la dictadura es más cómodo que educar en y para la libertad. En el primer caso, la autoridad viene dada con el título. En la democracia, la autoridad hay que ganársela día a día con el trabajo, la preparación y el respeto hacia los demás.
     Es precisamente, en esto de la importancia de ganarse la autoridad donde, desde mi opinión, residen los mayores problemas. Considero que los jóvenes de hoy en día tienen más derechos que deberes y que dichos derechos no han sido ganados ni con el trabajo ni con el respeto hacia los demás. Al respecto, voy a relatar un caso: la hija de un conocido que cursaba el año pasado tercero de la ESO le quedaron para el verano seis asignaturas, pues bien el padre le dijo “si apruebas tres te regalo un viaje para visitar el rio más bonito del mundo”, que para aquellos que no lo sepan está en Colombia.  Evidentemente, la hija aprobó tres, que, por otro lado le permiten pasar de curso y por supuesto se fue a Colombia. No discuto aquí el regalo, ni mucho menos, si los padres tienen el suficiente poder adquisitivo como  para pagar un viaje a Colombia o, si se quiere,  a la Luna,  pues adelante,  la cuestión es que no creo que la chica haya trabajado lo suficiente como para ganarse dicho viaje. ¿Cómo se compensa las posibles reprimendas que la chica ha recibido por parte de los docentes con el regalo del padre?
     Como ejemplo de que a los niños no hay que darle todo lo que piden, os remito al siguiente video:

     Dejo, a continuación, a modo de ejemplo una serie de imágenes que representan  muchos casos de la actualidad, y que dicen mucho de la EDUCACIÓN. Espero que os suscite algún que otro comentario: