"Todo conocimiento tiene una finalidad. Lo de saber para saber, no es, dígase lo que se quiera, sino una tétrica petición de principio. Se aprende algo, o para un fin práctico inmediato, o para completar nuestros demás conocimientos"

Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida

martes, 21 de diciembre de 2010

Familia

Nombremos, a continuación, algunas de las características o circunstancias familiares que influyen en el proceso socializador de los niños:
  • 1.-  Vivir en un ambiente rural o urbano.
  • 2.- Ambiente socioeconómico y sociocultural: dándose importantes diferencias respecto a las circunstancias económicas familiares y, al tipo de cultura que se inculque.
  • 3.- Desestructuración familiar: donde los hijos son las víctimas,  pudiendo desencadenar en problemas posteriores como la delincuencia juvenil.
  • 4.- Tipo de familia y número de hermanos.
  • 5.- Tipo de Autoridad de los padres: pudiendo ser autoritarismo (exigencia de obediencia, escaso nivel de afecto...), permisividad (exigencia escasa, problemas de control de impulsos...) y democracia (altos niveles de comunicación y afecto, madurez, independencia...), siendo esta última la más aconsejable. No obstante es muy complicado encuadrar a todas las familias en un único grupo, pues dependiendo de la situación o del momento se actuará de una manera u otra.
  • 6.- Otras características familiares como: el trabajo de los padres,  el nivel de estudios,  el tipo de vivienda, la importancia de los abuelos, el nivel comunicativo, etc.
      A estas circunstancias debemos sumar la labor de la familia a la hora de transmitir de una manera positiva valores como: el cariño, la amabilidad, la amistad, la comunicación, la honestidad, la humildad, la equidad, la motivación, la creatividad, la superación, el respeto, la justicia, la tolerancia, la cortesía, etc. En suma, con todo esto, podemos decir que la tarea de de ser buenos padres no es nada fácil, pues son muchos los aspectos a tener en cuenta para lograr una buena base en la educación de los hijos, además ¿quién nos ha enseñado a ser padres? Al respecto, dejo aquí el siguiente video.

 
     Por tanto, no debemos echarles toda la culpa a los padres, son muchos los casos donde, por ejemplo, dos hermanos habiendo recibido el mismo afecto, la misma autoridad y los mismos valores se comportan totalmente distintos, así, mientras que uno llega a responder de manera positiva a los parámetros sociales, el otro puede llegar a convertirse en un delincuente juvenil. Quizás en estos casos, la responsabilidad se traspasa a los expertos y a los docentes, que deben, como profesionales que son, percatarse de los posibles problemas en el joven y plantear soluciones. Ahora bien, desde aquí lanzo la siguiente cuestión: hoy día ¿los docentes cuentan con el apoyo familiar?

     Es evidente, que en el último tercio del siglo XX  la enseñanza ha experimentado un cambio importante,  yo recuerdo en mi infancia el levantarme y el saludar al profesor que entraba en el aula como una muestra de autoridad  hacia su persona,  igualmente recuerdo escuchar frases como “ la letra con sangre entra” o “usted péguele, para que aprenda” y del mismo modo he presenciado episodios donde el profesor insultaba o arrojaba el material de algún compañero y,  también era muy normal que en la mesa del profesor estuviera la palmeta para usarla cuando lo considerara oportuno.
     En la actualidad,  sin embargo, hemos pasado a otra situación extrema en la que, frecuentemente, los maestros se sienten amenazados y se exponen a ser agredidos por los padres o por los propios alumnos si su manera de actuar no coincide con el punto de vista de la familia o contradice los intereses y las expectativas del alumnado. Algunos achacan ese cambio tan brusco a un exceso de libertad y a un defecto de la democracia. Añoran aquellos tiempos en que el maestro no era cuestionado, hiciera lo que hiciera. No cabe duda que educar en la dictadura es más cómodo que educar en y para la libertad. En el primer caso, la autoridad viene dada con el título. En la democracia, la autoridad hay que ganársela día a día con el trabajo, la preparación y el respeto hacia los demás.
     Es precisamente, en esto de la importancia de ganarse la autoridad donde, desde mi opinión, residen los mayores problemas. Considero que los jóvenes de hoy en día tienen más derechos que deberes y que dichos derechos no han sido ganados ni con el trabajo ni con el respeto hacia los demás. Al respecto, voy a relatar un caso: la hija de un conocido que cursaba el año pasado tercero de la ESO le quedaron para el verano seis asignaturas, pues bien el padre le dijo “si apruebas tres te regalo un viaje para visitar el rio más bonito del mundo”, que para aquellos que no lo sepan está en Colombia.  Evidentemente, la hija aprobó tres, que, por otro lado le permiten pasar de curso y por supuesto se fue a Colombia. No discuto aquí el regalo, ni mucho menos, si los padres tienen el suficiente poder adquisitivo como  para pagar un viaje a Colombia o, si se quiere,  a la Luna,  pues adelante,  la cuestión es que no creo que la chica haya trabajado lo suficiente como para ganarse dicho viaje. ¿Cómo se compensa las posibles reprimendas que la chica ha recibido por parte de los docentes con el regalo del padre?
     Como ejemplo de que a los niños no hay que darle todo lo que piden, os remito al siguiente video:

     Dejo, a continuación, a modo de ejemplo una serie de imágenes que representan  muchos casos de la actualidad, y que dicen mucho de la EDUCACIÓN. Espero que os suscite algún que otro comentario:
  
 

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